Es cierto que te pasas cada día suplicándole a la vida otra oportunidad, que rezas al cielo para que te den un par de segundos para poder vivir. Me han contado que sonries hasta a los desconocidos que encuentras por la calle y, también me han dicho, que tu sonrisa es especial porque desprende ese cariño y esa felicidad que pocas personas tienen.He oído que solías escribir en un cuaderno de tapas verdes y que en él contabas tus motivos para ser feliz. No sé si será cierto, también me han susurrado que tu palabra preferida era 'disfrutar' y que odiabas el término 'imposible'. Solías confiar en ti mismo, sabías que si no lo hacías tú nadie podría hacerlo; pero a pesar de eso, muchas veces te ahogabas en un mar de dudas. He leído que eras fuerte, que nunca te rendías y, que al final, siempre conseguías lo que querías. Te gusta vivir, te gusta tu vida y quieres seguir viviendo. No le temes a nada y sabes que nada ni nadie te puede hacer nada malo.
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A pesar de eso, sigo pensando que todo pasa por algo, que las cosas merecen la pena y, que si no eres feliz por ti mismo, jamás lo vas a ser. La vida está básicamente para eso, para disfrutar y para ser feliz. No intento buscar cosas a las que atarme, ni encontrar nuevos retos, solo trato de pasar cada día, de aprovechar sus 24 horas. Ha llegado un momento en que todo me da igual y únicamente quiero ser feliz.
