
Cada vez que el pensaba en todo lo que había vivido y en lo que (ojalá) iba a vivir junto a ella, su corazón no hacía otra cosa más que acelerarse. Reirse con ella, tocarla la nariz y llamarla de cualquier forma cariñosa, eran las cosas que le hacían feliz.
El tiempo se pasaba muy rápido, y entre gestos de cariño, pequeños piques y palabras que hacía que ambos se derritiesen, los días de verano iban pasando.
El tiempo se pasaba muy rápido, y entre gestos de cariño, pequeños piques y palabras que hacía que ambos se derritiesen, los días de verano iban pasando.
Él era feliz .. ¿por qué?, porque ELLA era su felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿y tú?,¿qué opinas de esto?